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Crónica de una estafa anunciada
Comunicaciones
19/07/2021
“En solo unas horas, perdí $ 72 millones; los ahorros de toda la vida, mi familia y mi dignidad, por confiar en los intermediarios”.

El soldado López Martínez, es Infante de Marina de la Armada de Colombia. Durante 18 años ha prestado su servicio a Colombia salvaguardando los mares, las costas y la soberanía del país. Ha sido un tiempo de entrega, consagración, de celebraciones familiares aplazadas y de otra serie de acciones que dan cuenta de su compromiso como soldado de la Patria.

En este momento la historia de este Infante de Marina podría estar ligada a los sueños que ha materializado a lo largo de su carrera, la consolidación de su hogar, los logros en familia y por supuesto, la consecución de una vivienda propia.

Sin embargo, esta no es su situación actual. Por el contrario: la incertidumbre y la frustración se han apoderado de su vida y de todo lo que hace parte de ella, gracias al accionar indiscriminado de los intermediarios, una amenaza real que se cierne sobre los miembros de la Fuerza Pública que tienen como propósito tener un inmueble propio.

 

La historia…

El Infante de Marina López Martínez, esperó, al igual que lo hacen muchos integrantes de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, cumplir 14 años de servicio a la Fuerza Pública para materializar el sueño de tener casa propia.

Con gran expectativa y emoción dio inicio al proceso para cumplir este propósito. Consultó frente a la cantidad del dinero que ahorró durante estos años en Caja Honor, el tipo de inmueble al que podía acceder y todo lo requerido para dar este importante paso. Fue justamente en este camino donde conoció a Martha, una mujer de apariencia agradable que le ofreció sus servicios para "adelantar" y "favorecer" en materia de tiempo su proceso en Caja Honor.

Sin ningún tipo de malicia y sin entrar en reparos, el soldado López decidió confiar y entregar su fe, documentos y por supuesto los ahorros de toda la vida a esta inescrupulosa mujer, que no tuvo reparos en estafar y acabar con los sueños y hasta con la familia del protagonista de este relato.

Tras seguir las indicaciones de la intermediaria firmó la promesa de compraventa de un inmueble ficticio, jamás verificó la existencia de este y menos la legalidad de la papelería entregada por la mujer. Adicional a esto y, bajo la orientación de esta persona, se dirigió a una sede de Caja Honor, donde gestionó y autorizó el desembolso de sus recursos al "vendedor ficticio del inmueble", sin saber que estaba siendo víctima de un robo por parte de la mujer y su cómplice.

Realizar este proceso con una persona externa a Caja Honor, confiar ciegamente en lo que ofreció y no hacerlo de la manera adecuada, representó grandes pérdidas para el soldado López: perdió 72 millones; los ahorros de toda la vida, su familia y su dignidad.

Un mes después de efectuado el pago, se dio cuenta que había sido víctima de una estafa, que había echado a la borda los ahorros de 14 años de trabajo, el subsidio de vivienda que otorga la Entidad y todo lo que implica la consolidación del hogar; dicho en sus palabras, "fue desmoralizante y quebró completamente mi vida".

 

¿Y qué pasó con la intermediaria y el vendedor ficticio?

En resumidas cuentas, cumplieron su objetivo: estafaron sin el menor reparo al soldado López Martínez. Martha, como ha sido denominada la intermediaria en esta historia completamente real, continúa haciendo de las suyas en Montería y sus alrededores pese a tener investigaciones en curso por estafa y falsedad en documento público.

Por su parte, el dueño ficticio del inmueble paga casa por cárcel por los mismos delitos de la mujer; no obstante, delinque en esta condición y trabaja muy de la mano de esta persona que se vale de artimañas para estafar a los hombres y mujeres de la Fuerza Pública que buscan cumplir con el sueño de tener casa propia.

 

¡Qué no le pase! La historia no se puede seguir repitiendo.

 

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