El Soldado Voluntario Eduardo Alberto Lizcano Contreras es un hombre llamado esperanza
Obtener casa es una meta en la vida de cualquier ser humano. Se convierte en un sueño hecho realidad para militares y policías beneficiarios del Fondo de Solidaridad quienes quedaron con discapacidad psicofísica o perdieron la vida en actos del servicio a la Patria.
El SLV. Lizcano es un hombre de familia, de principios, con valores y amor por Colombia. Emprendedor de causas nobles por lo que fue condecorado como Ciudadano Meritorio en 1996 en la ciudad de Bucaramanga y reconocido como Reservista de Honor. Fuerte crítico de sus compañeros que no aprovechan las casas que les otorga el Estado expresa su gratitud por el goce que le da tener una casa para vivir con su familia.
Su rostro expresa sentimientos de esperanza y fe en las instituciones cuyas manos trabajadoras no descansaran hasta terminar de construir el futuro, no solo de su familia sino del conjunto donde le fue adjudicada su casa que dio inicio al desarrollo urbanístico del municipio.
Caja Honor entrevistó al SLV. Lizcano porque es ejemplo de iniciativa, trabajo, emprendimiento y gratitud.
Caja Honor: ¿De dónde es usted?
SLV Lizcano: Soy natural de Villa Sucre, Norte de Santander. Tengo 51años . Estudié mis primeros cursos en la Escuela "José Celestino Mutis" del barrio Chapinero de Cúcuta. El bachillerato lo hice en el Colegio Municipal y terminé en la nocturna del Colegio Sagrado Corazón.
Caja Honor: ¿Cuándo ingresó al Ejército Nacional?
SLV Lizcano: En 1984. Ingresé como soldado regular al Batallón de Infantería "Custodio García Rovira" No. 13 en Pamplona (Norte de Santander). Legué al Ejército por accidente (sonríe) A los 16 años me escondía de los soldados porque me asustaban. Un domingo fui reclutado. Llegué al Ejército, me enamoré de la institución y, desde entonces, me apasioné de la vida militar. Duré 14 años, 7 meses. Luego de ser soldado regular fui incorporado como Soldado Voluntario al Batallón de Contraguerrillas No. 5 "Los Juanes" con sede en Bucaramanga. El área abarcaba Arauca, zona indígena del Catatumbo, sur de Bolívar, sur de Antioquia, sur del Cesar, Córdoba, Medellín y Norte de Santander. Participé en la operación "La toma del campamento de la Gran Colombia" en 1989, de las más representativas de mi vida militar.
Caja Honor: ¿Cuántas heridas en sufrió en combate?
SLV Lizcano: "La primera fue una sencilla como decimos los combatientes. Recibí un tiro en el pecho, exactamente en el bolsillo donde cargaba el Nuevo Testamento, afortunadamente como un milagro de Dios, el proyectil quedó incrustado en el libro. La segunda fue en un campo minado en San Francisco (Antioquia) cerca de Cimitarra y del Rio Ipe; la explosión me dejó en coma durante dos meses y en el Hospital Militar salvaron mi vida. La tercera fue un tiro en una pierna. Con el tiempo el cuerpo pasó factura y quedé con escoliosis, hernias discales y severas afectaciones en el oído; gajes del oficio (sonríe) y como buen soldado Gloria a Dios por eso y a mi Patria.
Caja Honor: ¿Cómo es eso que usted fue pionero en los proyectos de ley de vivienda para los soldados profesionales?
SLV Lizcano: "En el año 2000 inicié una lucha que hoy es realidad y gozo de ese beneficio. Realicé borradores, con el apoyo de mis comandantes de ese entonces, con el objetivo de que se otorgara subsidio de vivienda a los soldados profesionales. Aunque sabía que no resultaría nada, pero mire ¡ya tengo casa¡ Fui parte de la Asociación Nacional de Soldados Discapacitados del Ejército Nacional, buscaba cursos en el SENA para mis compañeros … pero me cansé de tocar puertas.
Caja Honor: ¿Ahora que recibe su casa, con quién la disfrutará?
SLV Lizcano: Soy casado hace 30 años con María del Carmen. Tengo tres hijos: Edward Alberto, Paula Andrea y María Fernanda. Ellos son mi familia y por quienes lucho y trabajo todo el tiempo. Con ellos habitaré la casa que todavía me parece imposible sea realidad. Hoy en día me siento feliz…imagínese desde 1984 al 2017 son 33 años que esperé para tener vivienda gracias a Caja Honor y a todas las instituciones que nos apoyaron para que ese sueño se hiciera realidad. Estoy orgulloso de recibir casa, siento ganas de llorar y reír de emoción. Siento una felicidad perpleja. Soy un soldado agradecido y afortunado. El Ministerio de Defensa, el Ejército y Caja Honor los que hacen los aportes y al Fondo de Solidaridad que hace posible que nosotros los soldados tengamos casa propia.
.